El pulmón verde de la playa

L’Auir se reivindica ella misma como un paraje natural con una enorme biodiversidad, en el que habitan especies que solo son propias de este ecosistema. De la restinga al mar, esta franja litoral está llena de vida.

Dormidero de cormoranes. Al fondo, la playa de Gandia. J. VILLAPLANA

Dormidero de cormoranes. Al fondo, la playa de Gandia. J. VILLAPLANA

Josep Camacho. Levante-EMV (la Safor)

«El Saler per al poble» fue el lema de la gran campaña ciudadana que en la primera mitad de los años setenta logró frenar la megaurbanización prevista por el Ayuntamiento de Valencia para la Dehesa del Saler. El plan, aprobado a finales de los años sesenta, pretendía construir 24 hoteles y 12 apartahoteles, 56 torres con 2.250 apartamentos, poblados costeros, un campo de golf, un puerto deportivo, un parador nacional y hasta un hipódromo entre un enorme cordón dunar y los bosques de pinos.

La creciente sensibilidad por el medio ambiente provocó, finalmente, que el plan se abortara en 1974, si bien llegaron a construirse algunos edificios, calles y pistas deportivas. Los sucesivos gobiernos democráticos iniciaron tras ello actuaciones para recuperar la Dehesa. «El Saler per al poble» representó, además, el primer movimiento ecologista valenciano y hoy, gracias a aquella movilización, la Albufera y la Dehesa son espacios naturales protegidos.

CARRIZO O «SENILL» («Phragmites australis») Su raíz se usaba para bajar la fiebre y la artritis. Tiene propiedades diuréticas. Los carrizales son el lugar escogido por muchas aves para su nidificación. La caña, por contra, es más robusta.

CARRIZO O «SENILL» («Phragmites australis»)
Su raíz se usaba para bajar la fiebre y la artritis. Tiene propiedades diuréticas. Los carrizales son el lugar escogido por muchas aves para su nidificación. La caña, por contra, es más robusta.

Precisamente, el Campus de Gandia de la UPV acoge mañana lunes (10 de març) la conferencia «Las dunas: un paisaje que hay que conservar», impartida por Antonio Vizcaíno, jefe de servicio de la Devesa-Albufera. La cita es a las 12.30 horas en la Sala de Conferencias 1.

PINO MEDITERRÁNEO («Pinus halepensis») Sus brotes y hojas tiernas se usaban contra el escorbuto, y los calafates su resina para impermeabilizar los barcos. Los piñones son remineralizantes. Su presencia en l’Auir es testimonial.

PINO MEDITERRÁNEO («Pinus halepensis»)
Sus brotes y hojas tiernas se usaban contra el escorbuto, y los calafates su resina para impermeabilizar los barcos. Los piñones son remineralizantes. Su presencia en l’Auir es testimonial.

Según Vizcaíno, «los paisajes dunares han formado parte del patrimonio natural de la costa mediterránea desde siempre y presentan importantes valores ecológicos, paisajísticos, didácticos, de defensa de temporales y de la biodiversidad». Sin embargo, se caracterizan «por una gran fragilidad y son muy susceptibles de ser eliminados, por su situación geográfica y por estar asociados a un clima benigno, lo que los convierte en elementos naturales muy escasos y raros, que necesitan de iniciativas para su conservación». El más conocido, afirma el experto, es el de la Dehesa del Saler.

«BORRÓ» («Ammophila arenaria») El «borró» –en primer término– es una gramínea muy importante para las dunas porque fija la arena. Tiene unos rizomas que garantizan su reproducción y le permiten soportar los vientos.

«BORRÓ» («Ammophila arenaria»)
El «borró» –en primer término– es una gramínea muy importante para las dunas porque fija la arena. Tiene unos rizomas que garantizan su reproducción y le permiten soportar los vientos.

La restinga y la playa de l’Auir, en Gandia, viven ahora una encrucijada similar, tras haber promovido el gobierno local, del PP, un concurso de ideas para urbanizar unos 200.000 m2 de esta superficie, formada en total por casi 2 millones de metros cuadrados, delimitados por las playas urbanizadas de Gandia y Xeraco, el mar y la carretera Natzaret-Oliva, una vía que a su vez la separa del marjal. El ayuntamiento ha destinado 54.000 euros para el concurso y de éste han salido 11 anteproyectos, si bien todavía son planos virtuales, sin ninguna validez legal, que se mostrarán a los gandienses en una exposición pública.

Diversas entidades se han manifestado sobre el futuro de l’Auir. El CEIC Alfons el Vell, por ejemplo, insta en su último informe a que Gandia recupere l’Auir «como un espacio natural y cultural de uso público». Sobre la ordenación de la restinga, el instituto de investigaciones comarcales advierte que cualquier propuesta «debería cumplir las dos condiciones que le han permitido conservarse hasta nuestros días; la sostenibilidad y la reversibilidad de las actuaciones que se desarrollen».

ALHELÍ DE MAR («Malcomia littorea») Planta típica del cordón dunar, leñosa en la base, con muchos tallos y flores púrpuras en primavera. Está en peligro de extinción, y por tanto protegida por la directiva europea Hábitats.

ALHELÍ DE MAR («Malcomia littorea»)
Planta típica del cordón dunar, leñosa en la base, con muchos tallos y flores púrpuras en primavera. Está en peligro de extinción, y por tanto protegida por la directiva europea Hábitats.

Y es que l’Auir es un paraíso virgen que se ha salvado del ladrillo, también por méritos propios. Sus dunas son una reliquia del amplio cordón que cerraban las albuferas. Una vez formada la restinga, con materiales arenosos, el viento fue arrastrando las arenas más finas y, al encontrar obstáculos, formó las dunas que la posterior colonización por una vegetación muy concreta impidió su avance. En la parte más cercana a la playa, las dunas siguen siendo móviles. Después, la acción humana transformó los arenales en tierras de cultivo, de tal manera que en torno al año 1850 aquel estrato arbóreo ya había desaparecido. La mayoría de pinos fueron cortados y el terreno, nivelado y drenado para su roturación agrícola.

Las plantas que habitan las dunas deben soportar condiciones extremas; un suelo arenoso altamente permeable con poca humedad, bajo contenido en materia orgánica y frecuentes rachas de viento abrasivo cargado de sal y arena. En las dunas más elevadas hay pitas, unas con sus grandes hojas carnosas, otras ya al final de su vida, con la flor sobre un tallo de hasta ocho metros de altura.

La pita, como la caña, son plantas invasoras que se han adaptado a esta zona árida de la playa, pero la flora de l’Auir también ofrece verdaderas joyas como la azucena de mar y el alhelí de mar, protegidas por directivas comunitarias. Gramíneas como el «borró » y el «jull de mar» también soportan la sequía y el viento salobre. En verano florecen el hinojo marino y el cardo marino, ambas con hojas fuertes y punzantes. Muchas tienen propiedades medicinales o se han aprovechado para fabricar tejidos vegetales.

Respecto a la fauna, en la restinga más próxima al mar abundan los invertebrados. Sin embargo, hay dos especies que sólo se pueden encontrar en esta zona y que se hacen más visibles justo ahora, a partir del mes de marzo, cuando las temperaturas empiezan a subir. Una es la lagartija de cola roja, la «sargantana» que al paso humano escapa corriendo a gran velocidad entre las matas. La otra es el «corriol camanegre», un pájaro peculiar que llega por estas fechas para iniciar su reproducción junto al mar.

Ya en dirección opuesta al mar, en partidas como Les Galerasses, Les Marjals o la Muntanyeta de la Creueta, aparece la típica flora y fauna de estos humedales: «collsverds» y otros patos, el «samaruc» protegido, anguilas, nenúfares, garzas comunes, olmos que rodean los «ullals», ranas y serpientes, rapaces como el cernícalo, e incluso conejos y zorros. Protegida jurídicamente o no, l’Auir, su playa y sus dunas –un skyline que ha utilizado el Ayuntamiento de Gandia en numerosas ocasiones para la promoción turística– es, por el momento, toda una explosión de vida y naturaleza. Su futuro depende de todos.

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